Pequeña, familiar y «masculina». Este es el perfil de la explotación agraria europea según uno de los últimos informes publicados por la Comisión. El documento, aunque no descubre la pólvora, aporta multitud de datos que resultan interesantes para conocer cómo es el sector agrario europeo, ese que a veces nos dicen que es tan diferente al español.
En primer lugar, una premisa obvia que se apunta en dicho informe, y que quizás se olvida con facilidad es la gran diferencia entre la UE de los 15 y la UE de los 12 (estados, principalmente, de la Europa del Este que se incorporaron a partir de 2004). Lo que lleva a ser consciente de una realidad: que nos encontramos ante una Europa de dos velocidades.
Y ahora presentamos parte de la retahíla de datos: en la Unión Europea hay 12 millones de explotaciones agrarias, (número inferior al de años anteriore,s aunque como la superficie agraria se mantiene, la conclusión es que cada vez son más grandes).
El tamaño medio de dichas explotaciones es relativamente pequeño: la superficie media en la Europa de los 15 es de 23,6 hectáreas y en la Europa de los 12 es de 7,1, —extensiones que distan mucho de las de Brasil, con 64 hectáreas de media por explotación; Chile, con 107; EEUU, con 170; Canadá, con 315; Argentina, con 590 o Australia, ¡con más de 3.000 hectáreas!— No obstante, como bien apunta el propio informe y dice el saber popular, el tamaño no siempre importa y puede resultar engañoso, ya que actividades como la horticultura o la avicultura no precisan de grandes extensiones de tierra para ser productivas y rentables.
Concluyendo: en la Unión Europea hay muchas explotaciones agrarias y muy pequeñas que, además, suponen poco—el 69% tienen menos de cinco hectáreas de tierra, y sólo el 2,7% más de cien— , ya que las que tienen más de cien hectáreas (que son menos) ocupan la mitad de los 172 millones de hectáreas de tierra cultivable.
¿Por qué se mantienen tantas explotaciones pequeñas? Según el informe, las razones son sencillas y España se puede tomar como ejemplo: existen muchos profesionales a tiempo parcial y muchos agricultores jubilados que continúan al frente de sus fincas, lo que ayuda a que este tipo de estructuras perdure.
En cuanto a la mano de obra y empleados, cada vez es menor (en 2010 había alrededor de 25 millones de europeos vinculados con la producción agrícola, un 5,2% menos de población que en 2005) y se encuentra envejecida, puesto que la edad media de los agricultores en Europa está entre los 50 y 60 años, (por comparar, en EEUU es de 57 años).
Y respecto a la estructura de las explotaciones, alrededor del 97% pertenecen a una persona natural, es decir, se tratan de empresas familiares dirigidas, principalmente, por hombres, por lo que el agro se mantiene como un sector muy masculino.
Y para terminar, tras tanto dato, una duda: el informe señala a España como uno de los países del arco mediterráneo en el que la dureza de la crisis ha hecho mella reduciendo el número de explotaciones agrarias. ¡Y eso que es el sector que mejor la aguanta!
Sin embargo, apunta que en Irlanda o Malta éstas han crecido. La cuestión es ¿Irlanda no ha sido uno de los países más afectados por la crisis económica y rescatados financieramente por la Unión Europea? La única explicación que nos conseguimos dar es que allí el sector agroalimentario no sólo haya aguantado la crisis mejor como en nuestro país, si no que ésta haya convertido al agro en un gran refugio para tiempos difíciles… Aunque esta suposición, nos la tendrán que confirmar los irlandeses.
No creo que la reducción del número de explotaciones se deba a la crisis, sino a las necesidades de reestructuración para adaptarse al mercado, donde queda claro que los que quieren vivir del sector o tienen un mínimo de dimensión (siempre en relación al sector donde están, que no siempre se mide en superficie agrícola) o están perdidos. Más que la crisis, el régimen de pago único, la falta de rentabilidad de determinadas estructuras productivas, el envejicimiento de la población agraria podrían haber llevado a que el número de explotaciones se haya reducido, pero no así la superficie. Dicho esto, me tendré que leer el informe.
Gracias Gabriel por tu aportación. Pienso como tú, porque es una explicación mucho más razonable. Por eso me llama la atención el comentario que hacen sobre el incremento de explotaciones y de personas que se dedican a la agricultura en Irlanda. Y si te lees el informe, seguro que le sacas más chicha y me corriges, je, je!! 😉